jueves, 3 de septiembre de 2009

LAS CRUZADAS.

Durante la Baja Edad Media los cristianos occidentales llevaron a cabo múltiples cruzadas, es decir, guerras santas, para recuperar reinos que estaban en manos de paganos. Las hubo en el NO europeo, especialmente por los caballeros teutónicos; en España, la llamada Reconquista; en Campania, en Sicilia, el Sur de Francia; en Hungría, Dinamarca, Noruega, Suecia, Kiev, Polonia, Lituania y dondequiera se declararan; pero las cruzadas por antonomasia fueron las ocho declaradas para la conquistadel Santo Sepulcro y la Tierra Santa (primera en 1096-9, segunda en 1147-9, tercera en 1189-92, cuarta 1202-4, que terminó en la conquista y saqueo de Constantinopla y el establecimiento del Imperio Latino de Constantinopla que finalizó en el 1261; quinta 1218-21, sexta 1228-9, sétima 1248-54 y octava, 1270).
Algunos historiadores gustan de pregonar que las cruzadas fueron una panacea, que curó todos los males de Europa y fue el origen de su nacimiento y fortuna posterior. Opino, con Le Goff, que esto es una notable exageración y que ellas fueron, contrariamente, origen de grandes males, pues empobrecieron, material y espiritualmente, a los europeos y fueron la causa de la definitiva separación de las iglesias ortodoxa y romana, debida a la profunda herida que produjo el saqueo y conquista de Constantinopla por los cristianos latinos; las bondades que se atribuyen a las cruzadas mejor se explican por otras circunstancias: podemos decir, como Le Goff, que "Probablemente el albaricoque fue el único beneficio logrado de las cruzadas por los cristianos" ("Medieval Civilization", p.67).

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