viernes, 4 de septiembre de 2009

Difusión actual del cristianismo.

En las postrimerías del siglo XX el cristianismo ha logrado grandes reivindicaciones, la fundamental, el poder predicar el evangelio en libertad en casi todos los países de la Tierra, y ser además una religión verdaderamente ecuménica, pues no hay, hoy en día, región del universo en que no se predique el mensaje de Jesús. Especialmente por las confesiones que llamaré católicas (católicos romanos, católicos ortodoxos y católicos anglicanos) a las que pertenece aproximadamente la cuarta parte (23,3% exactamente) de la población mundial. Protestantes (6.9%) y otros cristianos (3.0%) reúnen la décima parte de la población mundial, con lo que el cristianismo es la religión a la que se adhiere un tercio (33,2%) de la humanidad y es predicado, como ya se dijo, en todos los países de la Tierra: urbi et orbe!

La religión madre, por así llamarla, el judaísmo, es seguida por un tercio del uno por ciento de la humanidad, y una de sus hijas, la religión musulmana, por el 17,7% de los hombres.

Siguiendo la nomenclatura de Mahoma, los seguidores del Libro (de la Biblia), incluidos los musulmanes, son algo más de la mitad (51,2%) de los vivientes. Las religiones que no siguen la Biblia agrupan un 28,0% de los pobladores.

Los arreligiosos representan un 16,4%, en tanto que los ateos confesos son otro 4,4%: en la U.R.S.S. el ateísmo es cercano al 20%; en Asia, donde radica la China comunista, al 5%, en Europa al 3,5%; en América Latina al 0,7% y al 0,5% en Norteamérica; África prácticamente lo desconoce, con sólo 5 ateos por cada cien mil habitantes.

La irreligiosidad es del cuarto del uno por ciento en África, del 22% en Asia, 3,7% en América Latina, 10,5% en Europa, 8% en Norteamérica, 12% en Oceanía y del 29% en la U.R.S.S.

Estos números (ver Cuadro estadístico adjunto) con todo y ser tan aproximados, son indicación parcial de hacia dónde se dirigirá la evangelización en el próximo siglo; evidentemente se verá una nueva explosión misionera, dirigida principalmente a Asia y una menor a África, regiones que representan cerca del 71% de la población mundial, y donde los cristianos constituyen un escaso 15% de su población, contra el 94% en Latinoamérica, 83% en Europa, 85% en Norteamérica, y 83% en Oceanía.

Pero difícilmente será África un área de evangelización prioritaria, dada la fuerza tan grande del Islam en ella (41% de la población) y lo reacia que es esta religión al cristianismo; problema semejante, aunque mucho menor, se tiene en Asia con musulmanes, arreligiosos y ateos, que en total alcanzan un 47% de la población. Consecuentemente, las muchedumbres cristianizables se reducen en África del 52% al 11%, en tanto que en Asia del 92% al 45%. Todo parece, por ello, indicar que será Asia el campo de batalla del cristianismo misionero en las décadas venideras; y el reto aquí será desmesurado, pues se trata de religiones profundamente arraigadas, casi étnicas por decirlo de alguna manera, que no podrán ser eficazmente infiltradas por un cristianismo "bonapartista", alienado de la cultura propia de cada etnia, como hasta hoy ha sido el modus vivendi de la evangelización cristiana en esas tierras.

En Asia, a mediados de 1990, las otras religiones no cristianas eran muchas y variadas, con congregaciones numerosas: hindúes (23% de la población), budistas (10%), religiones populares chinas (6%), religiones nuevas (4%), religiones tribales (0,7%), shamanistas (0,3%), etc.

El siguiente Cuadro resume la situación del cristianismo actualmente (1990). No se trata de un cristianismo vivido como religión, manifestación de vida vivida y de fe vital, sino de "semejanza cultural", forma de vida con la cual uno se conforma, más o menos. Pero es una buena indicación de lo que nos deparó aquella pequeña semilla de mostaza, de hace dos mil años, y de la seducción del mensaje del dulce Maestro.

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